miércoles, 14 de mayo de 2014

RESISTE

Las lluvias atrasan
los sueños de paz,
las caras del horror,
el rostro detrás del sufrimiento.
Señales que hablan del temor
a decir la verdad,
entre el olvido
y lo raro del tiempo,
una mirada fugaz
en un silencio desolador.
Se volvió a derrumbar
la rueda negativa,
pero ayer tomó vuelo,
lento, pero imparable,
lejos, pero tan callado
del mundo del dolor,
con la misma fortaleza,
resiste al vacío.

miércoles, 7 de mayo de 2014

OJOS QUE PIENSAN

Ojos que piensan
no ser escuchados.
Manos que creen
no caminar
por el lugar correcto.
Corbata sin nudo
que cubre del frío
la desnudez de mis dedos.
Codos que señalan
con ansias de culpa.
Cabeza que corre
tras alguna quimera.
Piernas estancadas
detrás de un pensamiento
poco feliz.
Y gritan las fosas nasales
verdades olvidadas
en una rodilla.
Dirán mis orejas
tantas cuestiones
que taparé mi corazón
frente a tanto atropello.

ERES

Eres con mis sueños
el ruido de un día
que lleva mi soledad,
un verso que abre las puertas,
que inventa un mundo
al que, cada tanto,
vuelven mis ojos.
Moriré algún día
con aguaceros o melancolías,
con tu ausencia y la mía.
Y ya no seré en ti
mas que un confuso recuerdo,
mas que un eterno suspiro.

DETENERSE

Hora del ocaso,
repentino vaivén
sin rumbo
en medio del silencio.
Poco importa
frente al desorden
todo lo que pueda suceder.
Azota el viento
un nombre confuso,
una inminente angustia,
una sombra terrible
de la expresión subjetiva.
Detenerse
a soñar
un abrazo infinito,
como despertar
a la inmóvil
soledad
de la ausencia.

jueves, 1 de mayo de 2014

Triangulo aristócrata

La gran pluma se queda sin tintas
y busca su elixir en la palabra ajena.
Le ladran los sanchos,
le escuchan los panzas
y en cada palabra
rebosa la ausencia,
abunda la patética carencia.
El ojo con parche
se siente perdido entre libros
que ya nadie busca,
y no encuentran lectura.
Las palabras absurdas
derraman pestilentes
odiosa antipatía.
El triangulo aristócrata
busca equilibrar sus lados,
y busca en su vacío alegato,
en una tóxica metáfora,
una oportunidad
de existir.
¡Pobre promesa de letras!
¡vivir en la quimera
de una soberbia tinta!
y, sin embargo,
no ser más
que la sombra
de una gran pluma.