
Era el año 1975, a la cabeza del gobierno estaba Isabel
Martínez de Perón. La situación era verdaderamente crítica, no solo
económicamente, como se mira todo hoy, sino que se venía instalando, desde años
atrás, una fuerte lucha entre distintos sectores de la sociedad e incluso en el
ceno mismo del gobierno. El ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo) y la AAA (Triple A o "Tres
Armas"), eran parte del arsenal humano que combatía en aquellos días. En
agosto había sido nombrado como ministro de educación Pedro José Arreghi, hasta
entonces interventor de la
Universidad de La Plata. Este había comenzado a preparar los
archivos secretos con nombres de militantes estudiantiles a quienes denominaban
"agitadores profesionales".En este contexto, durante el mes de
agosto, los estudiantes secundarios comenzaban a luchar por el BES (Boleto
Estudiantil Secundario). Fue en este mismo contexto que Claudia Falcone,
Claudio De Acha, Horacio Hungaro, Daniel Racero, Francisco Muntaner, María Clara
Ciochini, Pablo Díaz, Emilce Moler y Patricia Miranda empezaron a relacionarse. A los pocos días, el 1 de septiembre de 1975,
los reclamos estudiantiles se encontraban en estudio. Fue así que el día 4 del
mismo mes se llevó a cabo una asamblea con representantes estudiantiles de las
escuelas de La Plata
en el Normal Nº 2 para organizar la movilización que se realizó al día
siguiente con la concurrencia de más de 3 mil estudiantes a las puertas del
Ministerio de Obras Públicas.
"Boletos a un peso" era la consigna que en
pocos minutos fue callada por palos y gases de la Guardia de Infantería. Por
supuesto las voces no se callaron y las asambleas continuaron su marcha. Pocos
días después, el 13 de septiembre de 1975, el Boleto Estudiantil Secundario
(Decreto Nº 6809) era una realidad que se festejó en las calles y plazas.
El 24 de marzo de 1976 llegó muy pronto. Ese día se
produjo la ocupación militar a lo largo de todo el territorio bajo el mando de
los comandantes de las Fuerzas Armadas. El 29 de ese mes, Rafael Videla, asumió
como presidente de la
Nación. A partir de ese momento nació una república llena de
sombras y secretos, llena de miedos y pocas esperanzas, llena de todo lo que
una Nación no debe tener jamás: TERROR.
La historia llegó a nosotros a través de Pablo
Alejandro Díaz, uno de los sobrevivientes. Patricia Miranda, Emilce Moler y
Gustavo Calotti también son sobrevivientes, pero en el caso de Patricia Miranda
nunca quiso declarar sobre lo que había vivido durante su secuestro, Emilce
Moler, luego de haber declarado en 1986, se ocultó por miedo durante años y
Gustavo Calotti se exilió en Francia luego de ser liberado en 1980.
Durante el mes de septiembre de 1976, La Policía de la Provincia de Buenos
Aires, había dispuesto un operativo de escarmiento para aquellos que habían
participado en la campaña por el Boleto Estudiantil Secundario, considerado por
las Fuerzas Armadas como "subversión en las escuelas". Así se produjo este operativo de secuestro de
estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata.
Todo este grupo de adolescentes que tenían entre 14 y
18 años, fueron arrancados de sus hogares la noche del 16 de septiembre, Pablo
Díaz, cinco días después.
Luego de pasar por varios Centros Clandestinos de
Detención como el pozo de Arana, el pozo de Quilmes, la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos
Aires, las Comisarías 5.ª, 8.ª y 9.ª de La Plata y 3.ª de Valentín Alsina, la mayoría
de ellos se encontraron en el Pozo de Banfield en donde vivieron en carne
propia, durante varios meses, las practicas de la tortura. "Era lo típico
que nosotros conocemos como los campos de concentración nazi. Ahí estábamos
vendados, atados, sin saber si era de día o de noche, con muy poca comida, con
taparrabos, sin poder asearnos", cuenta Pablo, actualmente con 62 años
encima y un gran peso por ser sobreviviente ya que asegura "trae
instancias muy complejas, en determinadas oportunidades un sentimiento de culpa
por el hecho de estar, una gran responsabilidad de que nadie se olvide, no solo
del hecho, sino de los compañeros" y continúa "para mí el
desaparecido tiene carne, uñas, tiene ojos, boca y el sobreviviente tiene que
convivir con los gritos propios, con la lucha que emprendió, con los gritos de
los que ya no están, con la lucha de los que ya no están". De acuerdo con
las investigaciones realizadas por la CONADEP , los adolescentes habrían sido eliminados
después de padecer tormentos en distintos centros. Por testimonios se dice que
en el último lugar que se los vio con vida fue en el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Bs.As.
"Las expectativas estaban puestas en una gran esperanza de que íbamos a
salir todos juntos o una gran depresión por el hecho de que ninguno iba a poder
salir" dice quien fue separado del grupo el 28 de diciembre de 1976 y
puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, agregando que "la
separación fue una circunstancia muy difícil. No sé, ahí es como algo que se
desgarra por dentro, como que queres abrazarlos y llevarlos". Pero la
realidad lo tomo por sorpresa cuando, en las primeras visitas de la familia ya
en la cárcel a fines del 78, su hermana le dice que el resto de los chicos no
habían aparecido. Recién quedó en
libertad en noviembre de 1981 y teniendo más en claro la responsabilidad que
tenía como protagonista (en 1983 y con la llegada de la CONADEP ) generó la
denuncia y comenzó a tomar estado público lo que hoy se conoce como "LA NOCHE DE LOS
LAPICES".
El recuerdo de este episodio de nuestra historia, que
involucró a muchos adolescentes y que hoy despierta ciertos valores, se basa en
no dejar en el olvido a estos adolescentes que, después de sufrir torturas
aberrantes, fueron asesinados y a los otros tantos que lucharon por el Boleto Secundario
que hoy utiliza la gran mayoría de los estudiantes Secundarios de nuestro país.
No olvidar es la única forma de prolongar aquella
noche que jamás debe salir del recuerdo de nuestra sociedad porque LOS LAPICES
SIGUEN ESCRIBIENDO y seguirán escribiendo mientras exista alguien que con su
propio puño escriba esta historia.
Este trágico hecho se recuerda en las Escuelas
Argentinas y como homenaje desde 1998 se instauró como el Día de la Reafirmación de los
Derechos del Estudiante Secundario, en memoria de estos y de los más de 230
estudiantes secundarios desaparecidos durante el llamado Proceso de
Reorganización Nacional.
Christian L. Malattia
* (Sobre la base de una entrevista realizada a Pablo Díaz en 1995, uno de los sobrevivientes de La Noche de Los Lápices. Publicado en 1996 por la revista "El Puente de La Cultura"; en 1997 por el diario "La Voz de Zárate"; en 1998 por el diario "Aire Puro"; en 1999 por la página creativamente.net; en 2001 por el diario "El Sur" de Chile; en 2002 por la revista "Emprender" de Entre Ríos; en 2005 por el periódico "El Cultural"; en 2009 por la revista "Voces")
* Algunos datos fueron actualizados.