aprecio las flores silvestres,
atardecer en el campo,
observar
cómo desaparecen las estrellas.
A veces desvanezco mi mirada
en los ojos
que extraviaron un recuerdo
en la nostalgia
de un lunes sin abismos,
en el oscuro sonido
que se enreda en las palabras.
La cuestión es mirar fijo
y apuntar al horizonte
dejar que fluyan los recuerdos
y abrir el paraguas
que nos cubra
de los sueños rotos.
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