Enterremos los recuerdos
debajo de este árbol,
y volvamos algún día
buscando nostalgias.
La tumba
tal vez abandonada
nos exigirá una flor,
dejaremos
el llanto de los años
que hayan transcurrido.
Sentiremos
que nada ha muerto
y que el tiempo
está tan lejos,
como aquel día
en que enterramos
los recuerdos.
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